¿Puedes sentir mi aliento
capaz del alma helar,
sobre ti mis ojos blancos
y vacíos como el cristal?
¿Notas mi horrible presencia
que solo puede traer pesar,
sientes bajo mis pies
el frío suelo temblar?
Soy una cáscara vacía,
arrastrada hasta la no vida,
mi corazón está marchito,
mi alma está perdida.
Nada más que dolor,
sufrir amargo y silente,
provoca mi voluntad
arrastrada de la muerte.
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Vivimos para la muerte,
todo carece de sentido,
nada ilumina mis pasos,
solo oscuridad en mi camino.
Maldigo mi existencia
y la luz que me vio crecer,
ahora la oscuridad me envuelve
y es testigo de mi renacer.
Soy la muerte en vida,
marioneta del rey ungido,
arrancado de la vida
apartado de mi destino.
a mi abuelo
Precioso, Jo, precioso y triste homenaje a tu abuelo. Espero que la elegía llegue a buen puerto, para que de este lado brille la vida y se lleve los vapores de la muerte. Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias por el comentario María. Espero que sea así también, un saludo.
EliminarTriste, muy triste y profundo y si, desde aquí se puede sentir ese frío que cabalga sobre tus precisas y preciosas palabras. Es un momento profundo y una quimera sin respuesta, genial amigo
ResponderEliminarMuchas gracias Alfmaga, es algo muy personal pero que tenía enseñar a todos, un saludo.
EliminarTriste y conmovedor a la par. Me ha encantado, un fuerte abrazo desde Valencia.
ResponderEliminarMuchas gracias Irene, un saludo desde las Murcias :)
EliminarOh... allí voy de vez en cuando, me gusta mucho :D
EliminarEs preciosa cuando tienes oportunidad de conocerlo :)
EliminarOs felicito por vuestro excelente blog y por ello os concedí un premio que podeis recoger en mi blog. Saludos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Teresa!
EliminarBellísimo y amargo homenaje. Un gran hombre si sobre él proyectas estas rimadas sombras.
ResponderEliminarMuchas gracias Enrique, lo era y más con todo lo que sufrió. Un saludo.
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